“Cuando llegamos, la Monumental ya estaba ahí”
Una vez más se confirma que una decisión ajena a la comunidad no es la mejor opción para la misma; esto viene a colación por la posible demolición de la Plaza de Toros Monumental de Playas de Tijuana. Si bien no hay anuncio alguno, existen indicios que apuntan en ese sentido.
La empresa que maneja la plaza decidió suspender indefinidamente la temporada de toros 2008 debido a factores como “la mala economía” y el clima de inseguridad en la ciudad que hace que la gente ya no visite Tijuana. Esta decisión ha generado comentarios en el sentido que será el punto de partida para cerrar la plaza, desarmarla para enviarla a alguna ciudad del interior del país, y utilizar el terreno para la construcción de (otro) centro comercial.
Hay personas que festejan este hecho porque confunden la gimnasia con la magnesia; al oponerse a las corridas de toros por ser una costumbre que debería ser abolida, apoyan el cierre de la Monumental; creo que confunden las corridas de toros (un tema donde cada parte nunca va a ceder en sus posiciones), y el significado que esta construcción tiene para los habitantes de Playas de Tijuana; esta plaza se ha convertido en uno de los símbolos del área; nos otorga identidad local, regional y nacional, y deberíamos conservarla.
Sin embargo, en Tijuana tenemos la mala costumbre de no preservar monumentos como la Monumental (si no, vean como desaparecieron el casino Agua Caliente, el Toreo y el Hipódromo) ¿Qué hacer?
Como es una propiedad “privada”, la empresa puede salirse con la suya como en los casos citados. Entonces, nos queda expresar nuestra inconformidad, hacer el último intento por evitar el “monumenticidio”, pero, sobre todo, dar las gracias a la Monumental por lo que ha representado en nuestra comunidad.
Publicado en la edición 32, correspondiente a agosto de 2008 en "Playas Hoy".